Historia
La Parroquia “Nuestra Señora del Trabajo” fue instituida como tal en el año 1985. Ya desde su etapa anterior, en calidad de capilla dependiente de otra Parroquia de la zona, la institución fue construyendo una identidad y un estilo propios a partir de comprender que “lo eclesial” y “lo social” son aspectos de una misma realidad.
Esta impronta institucional sintoniza con características de la identidad barrial: Villa El Libertador tiene una cultura de compromiso y protagonismo sociales, caracterizada por la reivindicación de derechos humanos. Un recorrido por la historia del barrio permite ver una significativa y consolidada relación entre ambos. Así, la Parroquia ha acompañado en las luchas barriales, por ejemplo: el agua corriente, el hospital, el surgimiento de escuelas prestando sus instalaciones. Tanto la Parroquia como el Instituto, articulan con otras organizaciones e instituciones en pos de los derechos humanos y la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de la zona sur, siendo este otro rasgo distintivo. Estos aspectos de la escuela creyente del siglo XXI es lo que se denomina "escuela en clave pastoral y en clave sinodal", una forma colaborativa de ser Iglesia que camina cada realidad de contexto.
Estos rasgos de identidad se han mantenido a lo largo de los años, un posicionamiento “de diálogo con el mundo”, que entiende la participación del ser humano en la construcción cultural, escenario histórico en donde se revela el acontecer de Dios y se prepara anticipadamente su Reino (Documento de Trabajo XI Sínodo Arquidiócesis de Córdoba 2018). Desde una fe en contacto con la realidad y actividad pedagógica pastoral que se vale del diálogo amoroso, la comunicación, la revalorización del otro. Promueve el protagonismo y la autoestima. Es una intervención que favorece el “empoderamiento” de los sujetos.
Además tanto la Parroquia, como el Instituto se han caracterizado en todos estos años por el trabajo conjunto con personas y familias de la comunidad, que tienen distintos credos, y provenientes de otras culturas, en pos de la búsqueda conjunta del bienestar y mejora de la calidad de vida.
Los principios de nuestro Instituto se apoyan en la inclusión educativa, el sostenimiento de derechos, la formación humana y cristiana en pos de la igualdad educativa. Los jardines de infantes “Belén” y las modalidades de educación primaria y secundaria para jóvenes y adultos del Instituto Parroquial Nuestra Señora del Trabajo promueven la igualdad de oportunidades, con orientación religiosa católica y también abierta a otros credos. Es una escuela abierta a la comunidad, responsable de una formación integral que está focalizada en la autonomía y autoestima de la primera infancia y de los/las jóvenes y adultos. Favorece el desarrollo de capacidades para la vida social, laboral, y educativa. (Mercuri, Gutierrez, 2019)
En la actualidad, la comunidad parroquial y el Instituto vienen desarrollando diversos proyectos enmarcados en una perspectiva de derechos, de promoción humana y cristiana destinado a distintos grupos y sujetos: niños, jóvenes y adultos. Acciones pastorales y educativas comprometidas esencialmente con los reales intereses de los sectores más necesitados y empobrecidos. Sabemos que “el corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo se hizo pobre” (EG 197). Es por eso que todos los pobres pertenecen a la Iglesia por “derecho evangélico”; “son los destinatarios privilegiados del Evangelio. (...) La opción preferencial por los pobres supone el anuncio, el testimonio y la denuncia de aquellas situaciones que vulneren sus derechos. Hay que proteger y velar por los derechos e intereses de los más postergados. (Documento de Trabajo XI Sínodo Arquidiócesis de Córdoba 2018)
Ese compromiso a lo largo de nuestra historia nos trae el recuerdo de sueños, luchas y logros compartidos y celebrados por todos los actores de nuestra comunidad. En efecto, si nuestra escuela nace en el intento de dar respuesta a las necesidades educativas de sectores excluidos, fue también gracias a su apoyo que las conquistas fueron posibles. El protagonismo asumido por la comunidad parroquial y las instituciones barriales han sostenido la defensa de la institución escolar.[1]
De la Parroquia depende el Instituto Nuestra Señora del Trabajo que tiene servicios educativos en el Nivel Inicial y en la modalidad de Jóvenes y Adultos. Los Jardines Belén nacen hace 29 años, con la misión de brindar un lugar a los niños de las familias más desprotegidas de nuestra comunidad, para brindar acogida, amor, estimulación, asistiendo, educando, protegiendo y por sobre todas las cosas viviendo el evangelio a través del día a día. Han asistido 7000 niños aproximadamente desde sus inicios a la actualidad. En el año 1992 desde la parroquia se detectan necesidades de la comunidad, de instituciones de contención para niños de la primera infancia, y así se crea el primer jardín materno-infantil “Belén I” (ubicado en el centro del barrio Villa El Libertador).
Debido a la gran demanda del servicio en la zona, se consiguen donaciones para la compra de viviendas que fueron remodeladas para el funcionamiento del jardín en las distintas zonas del barrio, multiplicando de esta manera dicho servicio a toda la comunidad. En 1993 - 1994 nace “BELEN II” hacia el oeste del barrio, en 1998 comienza “BELÉN III” en la zona sur, en 1999 se inicia “EN PAÑALES” en el centro, dando respuesta a las familias con bebés en situación de riesgo social. Considerando el proyecto educativo de los jardines y el trabajo realizado en años anteriores en el año 2000 se inicia un camino hacia la incorporación a la enseñanza oficial de las salas de nivel inicial. De esta manera se inaugura el primer jardín de infantes oficial “BELEN IV” ubicado en la zona norte del barrio. Desde los inicios, se ha pensado que desde el Jardín de Infantes Belén, es posible realizar un valioso aporte para asistir a los niños en la efectivización de algunos de sus derechos y promover en las familias capacidades de cuidado, estimulación y protección para con los niños/as, ya que reconocemos que en muchas oportunidades, los derechos de los/las niños/as a la alimentación, vivienda, educación, asistencia en salud, juego, recreación, estimulación, etc., no están garantizados, o son negados en tanto no tienen lugar a la hora de llevarlos a cabo. (Gutierrez y Saldaño 2019: 6 y Mercuri, Gutierrez, 2019: 7)
La educación de jóvenes y adultos, desde hace 26 años está presente en la comunidad de Villa El Libertador. Una propuesta católica, liberadora y transformadora, enmarcada en sus inicios en la Pedagogía de Paulo Freire y las comunidades eclesiales de base, y que incluye a personas que son excluidas del sistema educativo. Actualmente asisten alrededor de 350 jóvenes y adultos en situación de exclusión educativa, social y laboral.Trabajan 50 docentes y 2 auxiliares. A la fecha, considerando alrededor de 20 años de funcionamiento, han asistido alrededor de 6000 jóvenes y adultos para terminar la primaria y secundaria, accediendo al derecho a la educación. En el año 1995 se abre el primer año de Educación Secundaria para Adultos, recibiendo el aporte estatal recién en el año 1997. En el año 1999, comenzó la Educación Primaria para Adultos. En el año 2001 la escuela decide asumir la problemática de la inclusión social de muchos jóvenes entre 15 y 17 años. Inicia un Ciclo Básico Unificado para Jóvenes con sobreedad. Sus objetivos centrales, desde un compromiso cristiano, apuntan a promover la inserción educativa, social y laboral, a ofrecer un espacio de crecimiento personal que fortalezca un proyecto de vida personal, y comunitario. En el año 2010 se abre otra división de Segundo Año de la modalidad de adultos, funcionando en el turno Mañana. En el mismo año, se incluye el Programa de Inclusión y Terminalidad de la Educación Secundaria (de 14 a 17 años) para jóvenes excluidos del sistema educativo formal, que continúa una línea de trabajo que promueve la inserción educativa, y social.
[1] Para ampliar, ver trabajo integrado con la comunidad de Villa El Libertador en nuestro blog